jueves, 13 de agosto de 2009

luego de interminables jornadas en el desierto, de haber perdido el rumbo de las grutas, de haber perdido el astro que señalaba el sendero, vagando, estableciendo mi alquimia con los tinieblas, en una simbiosis entre la vida y la muerte,con una sed que lentamente se apoderaba de mi cuerpo, como si fuera solidificandome, perdiendo toda mi capacidad de acción, de huida, vagando por el desierto.antes de poner la angustia en mi palabras, le mostré el cielo, el hondo horizonte agujereado por un millón de ojos, y mas tarde, esas colmenas humanas donde el hombre se acumula.decidí entonces fundar un templo. me convertí al mazdeísmo. yo, un sobreviviente, tengo que atravesar el mar con el fuego de persia.y no tenia nada, salvo, las eternas ansias de vivir. y no tenia Dios, ni templo, ni objetos sagrados, ni muertos a quien rendir culto, fue preciso buscar los espíritus, empecé ensalmando los pájaros, los peces, fui en busca de luz que existe en la vivo.

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